LO QUE NOS MUEVE

El ejercicio de la abogacía desde una perspectiva crítica y feminista. Tal ejercicio comprende el litigio, los acompañamientos, la formación, tanto interna como hacia otros espacios disciplinares, y la organización política para la defensa de los derechos humanos de niñes, adolescentes, mujeres, trans-travestis, marikas, lesbianas y personas no binarias. 

 La abogacía feminista señala que el machismo y el sexismo no son excepcionalidades en el ejercicio del derecho, sino constitutivos de este. Por eso, insistimos en hablar de abogacía feminista y no de abogadas feministas. De este modo subrayamos que es necesario transformar las prácticas. 

Nos organizamos en defensa de la autonomía profesional para la emancipación de quienes han sido históricamente marginadxs y discriminadxs por el derecho. 

Apuntamos a la transformación de prácticas profesionales buscando desandar el rol que desempeña el derecho en el mantenimiento del patriarcado. Queremos revertir los alcances de este sistema que produce y ejerce discriminación hacia las mujeres y a todas las identidades que no son el sujeto privilegiado del derecho: varón, blanco, burgués, heterosexual, propietario. 

Exigimos que el derecho deje de producir violencia sexista a través de la violencia institucional u otras formas de discriminacion, perspectivas que hacen persistir las opresiones a infancias, mujeres y disidencias sexuales.

Trabajamos por un ejercicio de la abogacía que cuestione el sentido común, los prejuicios patriarcales y las miradas estereotipadas sobre las personas cuyas existencias se fugan de la norma y por lo tanto son excluidas como sujetos de derechos. Tal ejercicio debe incorporar una perspectiva interseccional, es decir, que comprenda la posición social de las personas atravesada por la identidad de género, la orientación sexual, la edad, la clase social, la etnia, el lugar donde nació y creció, entre otras.